Escuché el término gasto responsable durante una campaña publicitaria de educación financiera. Al escucharlo me llamó mucho la atención porque presentaba a distintas personas que ponían ejemplos de cómo ellos(as) lo ejercían.

Tomando esto como base, quisiéramos abordar el tema para ilustrar: Cómo llevarlo a cabo y qué implicaciones y repercusiones tiene asumir una postura de responsabilidad ante el gasto, dentro de la estructura financiera personal y empresarial.

La filosofía del gasto responsable

La responsabilidad es un valor que está en la conciencia de la persona, que le permite reflexionar, administrar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo moral.[1]

En ese sentido, el gasto responsable implica cuatro elementos dentro del proceso de toma de decisiones de consumo:

• Reflexionar
• Administrar
• Orientar
• Valorar

Cada uno de ellos sugiere un momento en donde se miden las consecuencias de toda acción de egreso de dinero. Por lo tanto, hablar de esto es hacer alusión a un consumo inteligente dentro de la estructura financiera personal. En otras palabras, saber el porqué del gasto que se está haciendo, partiendo de un proceso de jerarquización o priorización de las necesidades.

Todo esto invita a las personas a que, más allá de asumir una postura de tacañería respecto del gasto viviendo en una estrechez inducida por el temor a que le falte, tengan una actitud de planificación estratégica enfocada hacia lo que realmente es importante, y no a lo que los dictámenes sociales sugieran que es relevante para la vida.

Es decir, probablemente dentro de la sociedad tener un vehículo con ciertas características sea algo vital, no obstante, dicho vehículo pudiera estar fuera de los parámetros de tolerancia financiera personal, y al adquirirlo, solo sobre la base del estándar social, se lleve acabo un uso irresponsable del dinero disponible. Es por esta razón que es tan importante la implementación de los cuatro elementos. Ya que con ello se establece un método para tomar decisiones financieras

¿Cómo tener un gasto responsable?

Para lograr tener un gasto responsable hay que partir del valor del dinero. Esto no tienen que ver con la cuantía nominal de un billete o moneda, sino de lo que implica producirlo en términos de labor, es decir, en la medida en que se interiorice que el dinero no cae del cielo sino que requiere de trabajo y esfuerzo, entonces, se tendrá una perspectiva distinta de cómo ejecutar acciones de consumo.

Luego de esto es necesario esquematizar la estructura de las necesidades en función de prioridades. Esto es definir qué va primero y qué va después. Tomando en consideración las necesidades primarias (alimentación, vestido, etc) secundarias (educación, posesiones, etc) y las terciarias (Superación personal, alcanzar, etc)

Este tipo de acciones tendrá como efecto que en la gestión financiera haya una optimización del dinero, pero más aún, un control de los diferentes egresos que se puedan tener dentro de un contexto de administración de recursos económicos. A razón de que los diferentes movimientos de dinero que se lleven a cabo serán en función de aquello que aporta valor a la estructura de flujo de efectivo, sobre la base de qué es lo prioritario luego de haber llevado a cabo un proceso de reflexión, administración, orientación y valoración.

Conclusión

El gasto responsable sugiere tomar decisiones de consumo que vayan acorde a una planificación que se sustente en el análisis de la realidad financiera personal. Llevarlo a cabo es sinónimo de control y optimización de los recursos económicos a los cuales se tiene acceso.

Por lo que, si esta entrada sobre gasto responsable le ha sido de utilidad, le invitamos a que la comparta y comente. Sus aportes y opiniones son de gran valía y enriquecen esta comunidad. Y si desea profundizar en el tema le sugerimos adquirir el libro Consumo Inteligente escrito por Juanjo Cáceres haciendo clic en la imagen.

[1] Definición Responsabilidad Consultado 03/06/15