Ahorrar energía eléctrica es una manera práctica y sencilla de crear liquidez en el flujo de efectivo. Este egreso, comúnmente, representa entre el 12% y 18% de la estructura de gasto personale o familiar, mientras que en el caso de las empresas puede ascender hasta el 26% dependiendo del tipo de industria.

Esto es interesante, a razón de que con el avance de la tecnología se crear con frecuencia nuevos aparatos que facilitan la vida de las personas. Sin embargo, al mismo tiempo, estas nuevas opciones por lo general requieren de electricidad y, aunque facilitan la operatividad de la vida, tenerlos puede representar un mayor consumo, y por ende un incremento en el gasto ordinario personal, familiar o empresarial.

En ese sentido, nos interesa presentar 3 maneras de ahorrar energía eléctrica, y que esto repercuta de manera positiva en la optimización del recurso económico disponible.

Ahorrar energía eléctrica: Una misión posible

Una de las preguntas que las personas se pueden formular es si es posible ahorrar energía eléctrica. Y la respuesta lógica es sí. Sin embargo, se presentan casos en los que la persona, familia o empresa, se empeña en disminuir la factura de electricidad tomando ciertas acciones pero no tienen el resultado esperado.

En ese sentido, la respuesta a este tipo de situaciones es que una de las razones que pudieran incidir en tal situación es que las acciones no tienen continuidad. Por lo general, cuando las personas, familias o empresas hacen los ajustes de lugar, esperan resultados inmediatos cuando esto es algo que toma tiempo. A razón de que se debe asumir una cultura hacia el ahorro de energía, en donde cada miembro(a) interiorice el impacto positivo que puede tener optimizar el recurso energético disponible.

Es por esta razón que el ahorro energético es una misión posible dentro de cualquier estructura (personal, familiar o empresarial) y llevar a cabo estas acciones repercutirá de manera positiva en el flujo de efectivo creando liquidez e incentivando la productividad.

Maneras de Ahorrar energía eléctrica

Como hemos mencionado el ahorro energético tiene que ver, más que cualquier otra cosa, con una conducta y continuidad de acciones que lograrán la disminución significativa en la factura de energía. Y estas maneras sirven como parámetro o punto de referencia para otras opciones disponibles dentro del mercado.

Ahorro de energía No. 1: Tecnología inteligente

La tecnología ha avanzado a alternativas de ahorro en el tema de energía. Desde aquellos que optimizan el uso de manera que hagan lo mismo con menos energía, hasta aquellos que utilizan energías limpias o naturales como eólica, solar, hidráulica, etc.

Es importante resaltar que aun existan tecnologías nueva que permitan el ahorro, no todas tienen precios asequibles a todos los públicos, sin embargo, como mencionamos anteriormente, el tema del ahorro de energía viene de la mano con el tiempo, y aunque existe una erogación mayor por este tipo de tecnología en el momento, los resultados de este se ven a través de un período promedio de 1 a 2 años.

Un ejemplo que se puede utilizar para mostrar cómo el avance de la tecnología ha mejorado el consumo es el paso de las bombillas incandescentes a halógenas o fluorescentes, en donde se supone un ahorro de un 50% a un 65%, dependiendo de la calidad del mismo, no obstante, si se adquiere la tecnología L.E.D, bombillas con una capacidad mayor, es decir, más iluminación y más horas de uso, supone un ahorro entre un 70% a un 87%.

De manera que si las personas, familias o empresas se avocan a encontrar tecnologías que sirvan como catalíticos del ahorro energético podrán ver reflejado en sus facturas disminuciones considerables de los montos a pagar y por ende, en su flujo de efectivo habrá una mayor liquidez.

Ahorro de energía No. 2: Usar solo lo necesario

La segunda manera en que se pueden ahorrar energía y que esto se refleje en el bolsillo, es el uso inteligente de los recursos energéticos. Ya que no solo basta con tener tecnología inteligente, sino también utilizarla de forma correcta.

Para esto tiene que enfocarse en qué es lo que va a utilizar en un momento determinado. Esto es, evitar utilizar equipos innecesarios de manera simultánea. Por ejemplo, si no está físicamente en una habitación no hay por qué tener las luces encendidas de ese lugar, o bien pender el aire acondicionado, cuando no está presente en ese lugar, porque eso es sinónimo de un uso inadecuado de este recurso disponible.

Ahorro de energía No. 3: Tiempo de inactividad

Ahorrar energía durante el tiempo de inactividad es quizás una de las tareas más trabajosas de todas, porque implica estar pendiente de los detalles de consumo energético que pasan más desapercibidos. Aquellos a los cuales se les presta menor atención y que no siempre están “visibles” como la televisión o los bombillos.

En ese sentido, una herramienta que puede ser de utilidad es conectar diferentes artículos a un fuente en común, la cual por lo general tiene un encendido y apagado, de manera que cuando salga o bien cuando se vaya a dormir solo tienen que apagar esta fuente común y así puede ahorrar dinero y tiempo.

Conclusión

Ahorrar energía de forma sistemática puede representar una disminución en el tiempo del consumo, y por ende crea liquidez dentro de la estructura financiera personal, familiar y empresarial. Esto se logra estableciendo nuevos parámetros en la implementación de nuevas tecnologías, teniendo un uso racional de los aparatos electrónicos, y optimizando el tiempo de inactividad.

Por lo que si esta entrada sobre ahorrar energía le ha sido de utilidad le invitamos a compartirla y comentar. Sus aportes y opiniones son de gran importancia para esta comunidad y enriquecen el debate. Y al mismo tiempo, si le interesa profundizar en el tema, le sugerimos adquirir el libro Cómo ahorrar energía y gasolina escrito por Soluciones Taianas haciendo clic en la imagen más abajo.