ME QUEDÉ SIN EMPLEO… ¿Y AHORA?
Quedarse sin empleo es una realidad. Esto trae consigo que se reencause la gestión financiera hacia lo prioritario y realmente importante. Las necesidades.
Quien labora para una empresa es pasible de recibir una carta de terminación de contrato. En ella se rompe la relación laboral y, dependiendo del tipo de figura legal que se use (Despido o desahucio), la persona estaría en derecho a recibir ciertas sumas de dinero, para su desenvolvimiento financiero próximo.
¿Qué hacer cuando se queda sin empleo?
En ese sentido, y ante la realidad de quedarse sin empleo, es necesario tener alternativas que coadyuven a que el impacto de dicho evento tenga las menores implicaciones negativas posibles. Para esto es necesario tener parámetros que permitan escenificar tales situaciones y cómo afectan el flujo de efectivo personal.
En primer lugar, quedarse sin empleo no es el fin del mundo. Es solo una situación momentánea que implica cambios, reestructuraciones e innovaciones relativas a la gestión del dinero; por ende, en la manera de vivir.
Segundo, es necesario tener claro la estructura de gastos mensuales. En donde se identifiquen y listen las obligaciones fijas y variables de la persona por categorías, es decir: transporte, alimentación, vivienda, etc. Esto dará pie a un análisis evaluativo que permitirá ver los elementos más relevantes dentro de dicha estructura. En otras palabras, priorizar el gasto en función de su importancia e impacto en el flujo de efectivo.
Al realizar dicha evaluación se determinará cuáles gastos son prescindibles e imprescindibles. De manera, que se logren hacer los ajustes pertinentes.
En tercer lugar, evitar saldas las cuentas pendientes al mismo tiempo. Hacer esto puede generar un estado de iliquidez con repercusiones negativas mayores. No es prudente quedarse sin dinero líquido, máxime ante la realidad de la ausencia (temporal) de ingresos fijos.
Cuarto, después de haber determinado la estructura mensual de gastos, distribuir el disponible entre los próximos meses y, si permite cubrir hasta tres meses o más, abrir un certificado financiero por la cantidad de meses que calculados, a partir del segundo mes, en varias instituciones financieras, de manera que pueda generar algún tipo de beneficio durante ese período además que permite carecer de disponible en mano evitando situaciones en las que se tenga que “tomar prestado” del fondo de contingencia.
Quinto, ponderar la posibilidad de emprender algún tipo de negocio. Es sabido que de situaciones de desempleo han salido grandes emporios y es posible que aquello en lo que la persona sea bueno(a) se pueda potenciar para un negocio rentable.
A todo esto, lo más importante es mantener la calma y una actitud positiva y de enfoque, ya sea para adquirir un nuevo empleo o bien para crear una empresa. Teniendo en cuenta que es una situación temporal que requiere de algunos ajustes dentro de la dinámica cotidiana de la vida.
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