4 HÁBITOS BÁSICOS PARA LA GESTIÓN FINANCIERA
Una buena gestión financiera se logra cuando se enfoca a la planificación y la creación de valor a través del ahorro y el consumo basado en prioridades.
En la gestión financiera, la incapacidad de solventar obligaciones se presenta en cualquier tipo de personas sin importar su nivel de ingreso (alto o bajo). Esencialmente esto surge a raíz de una desorganización; algo que se explica en la entrada titulada Pero es que no me da.
Ahora, la única manera de lograr reencausar esta situación es a través de hacer cambios en el tipo de gestión financiera; es decir, la forma en que se ejecutan las decisiones de consumo; partiendo de la priorización de las necesidades sobre los gustos. Dichos cambios se reflejan en la conducta del individuo. Por lo tanto, está relacionado a los hábitos, en este caso, de consumo.
Toda conducta aprendida está sujeta a ser modificada sobre la base de una nueva perspectiva de vida. Que viene de la mano de la decisión de accionar de manera distinta ante un evento determinado.
Sin embargo, los seres humanos son, en su mayoría, estructurales. Se manejan en función de parámetros que marcan las pautas para sus ejecutorias de vida. En otras palabras, son entes conductuales con esquemas de comportamiento, en cierta medida, estandarizados; los cuales son alimentados por los hábitos individuales y estos definen el estilo de vida.
Por lo que, en la medida en que se hagan cambios favorables en dichos hábitos, entonces, el estilo de vida se verá afectado de manera positiva, ergo, habrá estabilidad financiera.
Habitos para la buena gestión financiera
Es por esta razón que compartimos estos 4 hábitos que, si se logran implementar, devendrán en acciones favorables para la gestión financiera:
- Presupuestar: La planificación es el fundamento de las finanzas. Sin esta, la tutela financiera se hace, prácticamente, insostenible; y la herramienta que la transparenta es el presupuesto. Que no es más que suponer con antelación sobre la base de un histórico y la expectativa de una serie de eventos futuros, en función de: Ingresos, egresos y ahorros. Por lo que la implementación del presupuesto, dentro de la dinámica económica personal, permite establecer controles y límites a la hora de ejecutar acciones de consumo.
- Ahorrar: Quizás uno de los más importantes y el principal que identifica la buena gestión financiera. Porque implica dos elementos determinantes: La disciplina y los objetivos. Permitiendo solventar aquellas decisiones de consumo o de inversión.
- Registrar las transacciones: Llevar constancia de los movimientos de dinero es sinónimo de orden. A través de ellos se logra obtener control sobre los ingresos y egresos; con el fin de compararlos y evaluarlos respecto del presupuesto; de manera que se puedan hacer los ajustes de lugar en las áreas que requieran una mayor atención.
- Postergar el gusto: Este puede prestarse a confusión ya que el verbo está en un presente continuo. Sin embargo, la idea es que la persona priorice la necesidad sobre el gusto. Dando paso a la planeación en donde el gusto sería satisfecho. En otras palabras, no es que se elimine el gusto, sino que se planifique de manera que no tome el espacio correspondiente a la necesidad. Evitando así el desequilibro financiero.
A través de estos y otros hábitos se puede lograr una buena gestión financiera. Enfocándola a la planificación y la creación de valor a través del ahorro y el consumo basado en prioridades.
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