CONSUMISMO Y MIS FINANZAS PERSONALES
El consumismo es una realidad en nuestro día a día. Está en nosotros manejarlo de manera adecuada, con estrategias enfocadas a aquello que aporte valor.
Consumismo es una de las palabras que usualmente se utilizan en los contextos del sistema capitalista. Es común ver a expertos de diferentes disciplinas del saber hablar sobre cómo este fenómeno cada día más afecta la manera en que nos desenvolvemos en la sociedad.
A todo esto, el tema del consumismo tiene su relación más estrecha con las finanzas personales, es decir, sin dinero, en nuestro sistema, no hay consumo. Y es algo que toca muy de cerca a quienes están en un proceso de reestructuración financiera.
En ese sentido, quiero tratar el tema sobre cómo puedes gestionar tus finanzas personales en una sociedad permeada por la adquisición, en varias ocasiones, de cosas más innecesarias que necesarias. Llegando al punto de modelar estilos y segmentar o segregar a las personas por eso que poseen, sin que necesariamente eso represente su valor personal.
El porqué del consumismo
La palabra consumismo por lo general está asociada a cosas malas. Cada vez que se realizan documentales o se relatan historias, y sale a relucir no es para nada bueno. De hecho es definida como: “La acumulación, compra o consumo de bienes y servicios considerados no esenciales”[1] Y la palabra clave dentro de esta definición es “No esenciales”
Cuando como personas acumulamos, compramos o consumimos cosas que, literalmente, son innecesarias, estamos siendo víctimas del consumismo. Pero más que todo, estamos teniendo una mala gestión financiera porque, al final del día, todo se resume a que no estamos tomando decisiones financieras adecuadas.
A todo esto para dar razón al porqué de este tipo de acciones, profesionales de la conducta coinciden en que tiene su origen en la falta de identidad.
En donde la persona no logra identificar cuáles son sus necesidades reales y transfirieren esa falta a adquirir cosas que no necesita, basado en arquetipos sociales para ser aceptado(a) dentro de ciertos círculos sociales a los cuales aspira o bien forma parte de ellos, pero no ha podido ajustarse a la realidad particular de tal o cual grupo. Por lo tanto, el factor de baja autoestima juega un papel preponderante en todo el contexto de la acumulación sin sentido.
¿Cómo manejar las finanzas personales y el consumismo?
Tomando lo que hemos expuesto respecto del consumismo y la manera en que manejamos nuestras finanzas personales, primero tenemos que partir de que existen un elemento conductual que debe ser abordado por un(a) profesional de la conducta. A razón de que tiene una vinculación estrecha con el consumo compulsivo, que es una enfermedad. Además de que entra el elemento primario de la falta de identidad y el factor de la bajo autoestima.
No obstante, existen factores externos que incitan a este comportamiento que vienen de la mano del mercadeo y la publicidad. En donde se resaltan los atributos de tal o cual producto (publicidad) y se emplean estrategias de atracción como ofertas, promociones, empaques atractivos, posiciones en las góndolas de los supermercados, etc (mercadeo). Por lo tanto y en cierta medida, no podemos escapar a la exposición diaria que tenemos por los diferentes medios a toda esta maquinaria que promueve sus productos y servicios para que los/las usuarios(as) los consuman.
Sin embargo, sí existen maneras de cómo “contraatacar” este tipo de realidades, y queremos proveer algunas pautas que sirvan como punto de referencia y que se puedan aplicar a la gestión financiera personal y así tener un mejor desempeño
Pauta No. 1: Reconocer el valor del dinero
Lo primero que debes hacer, en caso de que hayas sido víctima del consumismo, es darte cuenta de que el dinero tiene un valor. Que no es el monto nominal con que viene de “fabrica” es decir, $100 no solo son $100, sino lo que este representa para ti y cuánto te costó adquirirlo.
Para ello, la manera idónea de llegar a esta conclusión es estableciendo un flujograma de las actividades que desarrollas día tras días para trabajar y asignarles un valor que las represente. Por ejemplo, si eres empleado(a) y te pagan un salario “x” por un número de horas a la semana, bien puedes extraer cuánto vale una hora y extrapolar eso al tiempo que no estás en el trabajo, es decir, asignarle un valor a las horas que tienes que invertir antes y después de ir a tu empleo.
Esto te puede dar una panorámica de cuánto cuesta realmente tu tiempo. Y aunque puedes tomar el salario como referencia, puedes tomar otras cosas como el desayuno, el almuerzo o la cena que consumes, los zapatos, la ropa, etc.
El punto de todo esto es que veas que el dinero que ganas no es gratuito, ni es un favor que te hace la empresa; tienes que esforzarte para ello, tuviste que prepararte y crear experiencia para que esa empresa te contratara; por lo tanto, debes extraer el mayor beneficio posible de este dinero, tomando decisiones de consumo que te aporten valor.
Pauta No. 2: Manejarte por listas
Es importante resaltar que los comercios tienen una estrategia marcada para que cuando vayas sus establecimientos, consumas. Es decir, existen patrones de conducta que definen la forma en cómo reaccionamos a ciertos estímulos, y ellos lo saben y los emplean como parte de sus planes para generar negocio. Y eso es correcto.
El fin de todo comercio es generar riqueza y la única manera de hacerlo es promover los productos que comercializa y tocar esa fibra sensible de las personas para que respondan de manera positiva a tal o cual forma de publicidad, promoción, oferta, etc.
No obstante, aunque esa es la manera en que los comercios funcionan, que es una acción correcta y legal, nosotros como consumidores debemos tener también nuestras estrategias, tanto para cumplir nuestros objetivos (satisfacer necesidades) como para generar valor a nuestra gestión financiera (tomar buenas decisiones).
En ese tenor una de las estrategias más sencillas y efectivas para enfrentar el consumismo es tener una lista de compras. Y la razón de ser de esto es que una lista aplica dos elementos básicos: Planificación y control.
Cuando elaboras una lista con anticipación lo haces basado en lo que realmente necesitas, es decir, buscas primero qué te hace falta y luego lo compras. A diferencia de ir al establecimiento comercial e iniciar la compra en función de lo que aparece. Pero al mismo tiempo, es un modo de controlar el mismo consumo. Porque todo aquello que no está en la lista no es necesario. Solo lo necesario es lo que listaste y por ende cualquier adicional es puro consumismo. El cual debes evitar.
Pauta No. 3: Las ofertas son cíclicas
Por último, algo que me ha ayudado mucho y que lo he incorporado desde que me inicié en el mundo de la asistencia financiera es que TODAS, y lo puse en mayúscula para darle el carácter que se merece, todas las ofertas se repiten, pero el dinero no.
Las ofertas responden a las temporadas, y aunque puede haber una que otra que no se ajuste a la temporalidad, la mayoría de ellas surgen fruto de una temporada “x” o “y”. Por ejemplo, todos los años habrá un Black Friday que tendrá especiales espectaculares, pero de igual manera, siempre habrá un día de los enamorados o día de las madres, o de vuelta al colegio, etc. Es decir, la estacionalidad de las ofertas es una constante en todo el sistema comercial.
Y por ende, no hay prisa para comprar tal o cual cosa. Siempre hay espacio para esperar la próxima temporada que traerá una nueva oferta. Y es mejor planificarla que gastar sin saber cómo solventarlo.
Conclusión
El consumismo es una realidad que se ve todos los días. Estamos expuestos a un bombardeo constante de ofertas, promociones y publicidad, que para ser honestos, no es tan sencillo no dejarse llevar por ellas. Sin embargo es posible, y al aplicar estas pautas a tu gestión financiera personal. Te darás cuenta que todo pasa, y que en la medida en que te ajustas a lo que realmente necesitas, de manera paulatina, podrás tener un mejor desempeño financiero; teniendo como resultado una mejor calidad de vida.
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[1] Definición Consumismos Consultado 03/23/16
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