ECONOMÍA COLABORATIVA : UNA REALIDAD DE CRECIMIENTO FINANCIERO
La economía colaborativa hace coincidir a distintos usuarios para satisfacer necesidades puntuales a través de una plataforma digital.
La economía colaborativa es una realidad en nuestro mundo actual. La evolución de las diferentes tecnologías y el ingenio de las personas han permitido que la manera de hacer negocios cambie; promoviendo un nuevo sistema de paradigmas en la relación comercial que, hasta el momento, sólo era unidireccional; y que ahora, además de multidireccional es multidimensional.
A todo esto, el elemento financiero está latente en cada una de las áreas de nuestra sociedad. Porque es el factor común a toda relación comercial dentro del sistema económico en que vivimos.
Es por esta razón que vamos a abordar el tema de la economía colaborativa y la manera en que, desde la perspectiva financiera, podemos aplicarla a nuestra gestión del dinero, extrayendo de ella un mayor beneficio.
En esta entrada veremos:
¿Qué es la economía colaborativa?
La economía colaborativa o consumo colaborativo es definido como un sistema económico en el que se comparten e intercambian bienes y servicios a través de plataformas digitales.[1]
En esta definición hay dos elementos claves, sobre los cuales se fundamenta todo el concepto de la economía colaborativa:
- Intercambio
- Plataformas digitales
Ya que en la medida en que exista el intercambio y se utilicen las plataformas digitales, entonces se está teniendo la interacción de la que habla la definición.
Es importante resaltar que el hecho de que se haga una transacción comercial por la web no significa que exista un consumo colaborativo, ya que el mero hecho de que sea virtual no le hace colaborativo. Aunque el fundamento nace de la interconexión digital en la internet. Sino que debe darse una relación distinta a la de una tienda y un consumidor.
De hecho existen distintas nomenclaturas que clasifican el tipo de relación comercial en la web:
- B2B (Business to Business): Relación de intercambio de negocio a negocio
- B2C (Business to Consumer): Relación de intercambio de un negocio a un consumidor o cliente
- B2E (Business to Employee): Relacion de intercambio entre la empresa y el empleado
Sin embargo, la relación en la economía colaborativa se vincula mayormente a P2P (Peer to Peer) que en resumidas cuentas es la relación de “iguales digitales”. Y esto se utiliza con frecuencia al intercambio entre usuarios.
De manera que al hablar de consumo colaborativo nos enfocamos en esa relación entre iguales dentro de plataformas digitales que suplen necesidades puntuales, sin necesariamente estar vinculados a una corporación, sino a nivel de una aplicación o sistema digital.
Para explicarlo de otra manera, este tipo de sistema económico une a alguien que necesita reparar una silla de madera con un ebanista por medio de las plataformas digitales. En donde quien requiere del servicio postea o solicita en dicha plataforma su necesidad y quien esté disponible y pueda servirle atiende al llamado.
De hecho el ejemplo más utilizado para explicar esto es Uber, una plataforma o aplicación digital que hace coincidir a choferes de vehículos privados, con personas que necesitan transportarse de un punto “A” a un punto “B”.
En esta dinámica comercial se maneja, dentro del marco de lo posible, la transparencia de información de ambas partes, es decir, quien necesita el servicio obtiene toda la información necesaria para tomar una decisión de aceptar o no, mientras que quien lo ofrece también obtiene la información pertinente, para de igual forma tomar o rechazar el trabajo.
Lo interesante de esto es que todo el proceso, de principio a fin, se maneja a través de la plataforma digital, y le da la oportunidad a ambas partes de calificar el servicio para que las demás personas que forman parte de la comunidad puedan tener una idea del tipo de servicio que ofrece tal o cual persona y de la manera en que se manejó tal o cual usuario.
¿Cómo sacar provecho financiero de la economía colaborativa?
Para sacarle provecho a la economía colaborativa hay que enfocarlo desde dos perspectivas distintas: Consumidor y prestador(a) de servicios. Vamos a abordar cada una para así ver la manera en que le puedes sacar un mayor beneficio.
Consumidor
Desde el punto de vista del consumidor el principal provecho que puedes extraer a este tipo de sistemas es desde dos pilares primarios:
- Costos
- Servicios
Ya que lo único que intermedia entre tú y quien presta el servicio es la plataforma que, respecto de otras estructuras de negocios, tiene costos mucho más reducidos, lo cual le hace financieramente viable y económica. Mientras que en el tema de los servicios, ya que es una comunidad, puedes obtener las calificaciones de otros(as) usuarios(as) que ya han utilizado a ese prestador(a), de manera que tienes una panorámica más acabada de a quien le estás solicitando y cómo le ha servido a otros usuarios(as).
No obstante, como el caso de Uber, aunque es una plataforma digital tiene ciertos requerimientos mínimos que implican la satisfacción, de quien solicita el servicio, por lo tanto, que un servidor(a) no tenga reviews no significa que no sea bueno(a), quizás es nuevo(a) y por ende está en su trayecto natural de aprendizaje.
Lo que sí es seguro es que dentro de la economía colaborativa tienes la opción de elegir partiendo de los parámetros que entiendes son de satisfacción para ti, y eso se traduce en una buena gestión financiera personal.
Porque estás ajustando tu dinero a tu posibilidad y estas recibiendo un servicio avalado por otros usuarios que dicen que es bueno ¿Qué mejor provecho que eso? Obtener un servicio que te satisface a un precio, por lo general, menor al mercado tradicional.
Prestador(a) de servicios
Desde el punto de vista de un(a) prestador(a) de servicios el provecho que puedes extraer es hacer negocios, sin que necesariamente esta sea tu actividad primaria de ingresos. Con algo tan sencillo como una habitación en tu casa.
Es decir, existen personas cuyos espacios habitacionales le resultan grandes y pueden comercializarlos. Para eso existen plataformas que convergen a turistas con habitaciones u otro tipo de espacios, para que sean rentados por un periodo determinado y así tener un menor costo que una habitación de hotel.
Este y otros ejemplos como el de rentar tu vehículo, o bien vender algún bien o servicio a través de las diferentes plataformas digitales que existen, puede ser una fuente de ingresos de cierta importancia para ti. Sirviéndote como una fuente de donde puedes solventar distintas obligaciones puntuales.
Todo se resume a qué puedes ofrecer y quién esté necesitando eso que tú ofreces. Presentarlo en la plataforma y esperar a que alguien lo solicite.
Conclusión
La economía colaborativa es una alternativa que hace coincidir a distintos usuarios para satisfacer necesidades puntuales a través de una plataforma digital. Esto puede traer beneficios tanto al consumidor como a quien ofrece los servicios. Porque abre un canal de comunicación alternativo y detallado para tomar una decisión de compra y venta de bienes o servicios dentro de una comunidad que comparte sus impresiones respecto de cómo se desarrollaron las relaciones comerciales.
Por lo tanto, aplicar este tipo de sistema a tu estructura de gestión financiera te permite, desde la perspectiva del cliente reducción de costos, y desde la perspectiva del proveedor(a) una fuente de ingresos que solvente gastos puntuales dentro de tu flujo de efectivo.
En ese sentido, si esta entrada sobre economía colaborativa te ha sido de utilidad, te invitamos a que comentes y compartas tus experiencias, en caso de haber participado de ellas desde cualquiera de las perspectivas (consumidor(a)-proveedor(a)) para que así se enriquezca el conocimiento de esta interesante dinámica comercial. Y si te interesa profundizar en el tema te sugerimos adquirir el libro Vivir mejor con menos escrito por Albert Cañigueral el cual desarrolla el tema en detalles haciendo clic en la imagen más abajo.
[1] Artículo La economía colaborativa escrito por Pablo Majluf consultado 03/28/16
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