¿AHORRAR O PEDIR PRESTADO?
Para saber cuál es el sendero apropiado en relación a si ahorrar o pedir prestado, va a estar sujeto a la premura, disponibilidad y tiempo.
Entre las disyuntivas usuales que pudieran vivenciar algunas personas, está la de tomar la decisión de si ahorrar o pedir prestado para algún proyecto determinado. Esto a razón de que existen diferentes escuelas de pensamiento que plantean que tanto lo uno como lo otro son las alternativas correctas para la buena gestión de los recursos económicos.
En ese sentido, vamos a responder la pregunta de qué es mejor ahorrar o pedir prestado. De manera que se pueda tener una idea más acabada sobre qué hacer ante este tipo de situaciones, con el fin de ejecutar las acciones que vayan acorde a la administración efectiva del dinero.
¿Qué es ahorrar?
Ahorro es la acción de ahorrar (guardar dinero para el futuro, reservar parte del gasto ordinario o evitar un gasto o consumo mayor) y la cosa que se ahorra. El ahorro, por lo tanto, es la diferencia que existe en el ingreso disponible y el gasto efectuado.[1]
Basados en la definición anterior el ahorro implica:
- Futuro
- Consumo inteligente
- Excedentes
En otras palabras, ahorrar es una acción que viene de la mano de entender el valor de crear fondos de contingencia, partiendo de la intención de solventar acciones futuras y teniendo un consumo acorde a una planificación.
Deuda
Una deuda es la obligación que un sujeto tiene de reintegrar, satisfacer o pagar, especialmente dinero[2]. Por lo que los componentes principales de la deuda financiera son:
- Acuerdo
- Saldo
- Tiempo
Esto quiere decir que asumir un préstamo es entrar en un acuerdo (con personas o instituciones financieras) de saldar un monto dentro de un período determinado. Pero este tipo de compromiso no solo tiene que ver con el préstamo como tal; sino que además implica los intereses, que es la respuesta a la devaluación natural que sufre cualquier moneda en relación a su poder adquisitivo.
Por lo que, a la hora de asumir este tipo de compromisos es necesario tomar en cuenta que no solamente es la devolución del monto que se ha tomado prestado, sino que también hay que pensar en el interés que viene acompañado del mismo; además de costos en los cuales se puede incurrir, en caso de hacerlo a través de una institución financiera regulada.
¿Qué elegir: Ahorrar o pedir prestado?
La pregunta que surge ante la realidad del ahorro y la posibilidad de pedir prestado es ¿Qué elegir: Ahorrar o pedir prestado?
La respuesta es: Depende
Esto porque la decisión va a estar sujeta a tres factores primordiales:
- Premura
- Disponibilidad
- Objetivos
La razón de ser de estos es que dependiendo del nivel de urgencia para solventar, la disponibilidad de recursos y los objetivos; es que se tomará una decisión respecto de cuál es el sendero más efectivo y productivo para la gestión financiera personal o empresarial.
No obstante se puede asumir dos posturas o reglas generales respecto de cómo abordar este tipo de realidad:
- Para proyectos (consumo o de inversión) a largo plazo y con una incidencia menor en el flujo de efectivo, entonces es preferible tomar la vía del ahorro.
- Para proyectos (consumo o de inversión) a corto plazo y con una intención productiva, impacto mayor en el flujo de efectivo y sentido de urgencia, entonces la vía del préstamo puede ser factible.
Es importante enfatizar que estas dos posturas no son estrictas y que cada realidad trae consigo una respuesta particular. Sin embargo, esto puede servir como un marco de referencia para que la gestión financiera sea, efectiva.
Por lo tanto, para saber cuál es el sendero apropiado en relación a si ahorrar o pedir prestado, va a estar sujeto a la premura, disponibilidad y tiempo que disponga la persona o empresa que desea llevar a cabo dicha acción.
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