El proceso de gestión financiera eficiente, eventualmente, lleva al punto de la inversión. Cuando la persona logra generar excedentes se propicia el iniciarse en el mundo de las inversiones. Sin embargo, ante las diferentes opciones que existen, lo mejor es tener una estrategia de inversión. Aquella que vaya acorde a su perfil y en donde se puedan maximizar los recursos invertidos.

¿Cómo elaborar la estrategia de inversión?

El mercado ofrece una serie de opciones para lograr incrementar las arcas personales, algunas de  las cuales son discutidas en la entrada titulada Tiempo de Invertir, no obstante, la estrategia de inversión se relaciona a cómo se conjugan los distintos instrumentos existentes en el mercado, de manera que se logre un nivel óptimo de inversión.

El nivel óptimo de inversión es aquel en donde la persona combina una serie de instrumentos financieros que le permiten minimizar el riesgo en que incurre. Esto no quiere decir que no habrá pérdidas, sino que al tener una estrategia de inversión, las posibles pérdidas que se puedan presentar son mitigadas por la manera en que se diversificó el portafolio de inversión. En palabras coloquiales, poner los huevos en diferentes canastas.

Todo inversionista es diferente, por lo tanto, la estrategia de inversión variará en función del perfil y las expectativas que se tengan. En resumidas cuentas en el perfil se identifica el nivel de riesgo que estaría dispuesto a asumir ante un posible resultado adverso, que puede ser alto, medio o bajo; y cuáles las aspiraciones. Esta temática del riesgo es abordada en la entrada Riesgo Financiero en donde se pueden ver los distintos grupos y perfiles de riesgo. A todo esto lo importante es tener una estrategia de inversión que se acople tanto a las expectativas como a la tolerancia al riesgo que un perfil determinado pueda tener.

En ese sentido, para establecer una estrategia de inversión idónea es necesario hacer una proporción de los niveles de riesgo en la expresión de la diversificación. Creando un portafolio que cubra tanto inversiones de alto como de bajo riesgo. Esto pudiera verse de manera más concreta en tres aspectos puntuales, invirtiendo en: La bolsa de valores y sus diferentes instrumentos, en empresas, como un ente capitalizador; y en el mercado bancario, a través de certificados de depósitos o financieros. Cada uno de estos muestra las distintas caras del riesgo y definen la estrategia de inversión. Pero más que todo, de ellos depende la táctica de inversión; cuando se logran combinar de manera óptima.

Otro aspecto que es tan relevante como los demás es el factor tiempo. En toda estrategia de inversión se hace necesario definir los períodos. Existen inversiones que se hacen a corto, mediano y largo plazo. Cada una de ellas tiene un objetivo al cual, la persona que invierte, debe adherirse.

Las del corto plazo son inversiones que normalmente se enmarcan en un período de uno a dos años; buscan una acción de entrada y salida, y tienden a enfocarse hacia la liquidez sobre la base de retornos altos. Por otro lado, es importante resaltar que comúnmente implican riesgos altos. Las de mediano plazo comprenden períodos de dos a cinco años, y en cierta medida son más enfocadas a engrosar las arcas pero a un ritmo menos acelerado que las de corto plazo.

Por último están las de largo plazo, que se enmarcan en la estrategia de inversión que es proyectada a más de 5 años, cuyo fin es la solvencia futura. Se utilizan normalmente para proyectos empresariales, adquisición de grandes bienes (casas, apartamentos, etc.) o bien para contingencias ante la ausencia de un flujo de efectivo.

Aspectos importantes de la estrategia de inversión

Cada uno de estos aspectos es importante a la hora de establecer una estrategia de inversión. Sin embargo, dada la complejidad que puede acarrear, es prudente buscar la asesoría profesional; de manera que se pueda dar una real maximización de los recursos y que se puedan lograr los objetivos planteados sobre la base de la elaboración de un perfil de inversión. Esto no quiere decir que no se pueda hacer de manera individual; el mercado lo permite bajo ciertas condiciones, sin embargo, la probabilidad de que la estrategia de inversión tenga un mayor éxito es cuando se hace con un criterio y experticia financiera.

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