TRES CLAVES PARA EVITAR LAS DEUDAS MALAS
Las deudas malas son parte del común denominador a varias personas que toman préstamos evitarlas es uno de los retos que todos debemos asumir.
En la gestión financiera asumir deudas malas es algo común. Tomar dinero prestado improductivo es algo que casi todos hemos hecho, y que ha tenido consecuencias que seguro recordamos.
Esto es una situación que, aunque probablemente hayamos podido solventar en el tiempo, es bastante dañina, y que quizás no hemos medido la trascendencia de la misma. Lo hemos hecho y pensamos: “no ha pasado nada” pero en realidad sí pasó algo, nos endeudamos incorrectamente, y perdimos dinero.
Es por esta razón que quiero compartir contigo algunas claves para que evites tomar deudas malas. Aquellas que no aportan y que, a la larga o a la corta, van en detrimento de nuestra gestión financiera personal.
Diferencia entre deudas malas y deudas buenas
Antes de entrar en materia con las claves para evitar las deudas malas, primero quiero establecer la diferencia entre las buenas y las malas. Ya que se pueden prestar a confusión y es mejor tener todo claro desde el principio.
De acuerdo a los estudiosos de las finanzas personales y corporativas, las deudas se pueden clasificar en buenas y malas sobre la base de cuál es su uso y propósito.
En otras palabras, las deudas como tal, no son ni buenas ni malas; sino que dependiendo de qué se vayan a hacer con ellas y cuál es el fin, es que se determina si fue un endeudamiento adecuado o no. De hecho, el término correcto para referirse a ellas es: Productivas e improductivas.
En ese sentido, las deudas buenas son aquellas que tienen la capacidad de agregar valor a lo que se está haciendo y que pueden ser pagadas con una actividad productiva. En otras palabras, son las deudas que son “auto-sostenibles” y lo pongo entre comillas porque no significa que se pagan solas, sino que para la actividad que fueron destinadas produce lo suficiente para saldarlas.
Por ejemplo, si tomas un préstamo empresarial para ampliar tu negocio, entonces, con lo que produzca esa ampliación se salda el monto adeudado.
En el caso contrario, una deuda mala no es productiva. Sino que está enfocada al consumo. Y como no tiene la capacidad de “auto-sostenerse” entonces hay que reajustar el flujo de efectivo para saldarla.
Un ejemplo de esto es tomar una deuda para un crucero. Cuando esto pasa, entonces tienes que pagar el préstamo de tu dinero operativo. Y si gastabas $100 en el supermercado; a razón de que tienes una deuda, tienes que sacar $10 para pagar la cuota mensual del préstamo y solo te quedan $90 para hacer tu compra regular.
¿Son realmente todas las deudas buenas, buenas y todas las malas, malas?
Partiendo de lo anterior, todo parece muy claro de qué son y qué no son las deudas malas. Sin embargo, aunque estas son las definiciones provistas por los libros y estudiosos de las finanzas, yo me permito diferir de ellos. Ya que, para mí, las deudas son buenas o malas en función de la planificación.
Nota que lo que se alude en la deuda buena, para referirla como buena, es que se pueda sostener, y a la mala que no tiene de donde sostenerse. De manera que, el tema se centra en el sostenimiento de la deuda, por lo tanto en la medida en que la deuda sea sostenible, entonces es buena; y no debería ser en función de si es productiva o no.
Claro está, endeudarse para consumo (hoteles, viajes, ropa, etc.) no es algo que yo como asesor financiero recomendaría, porque por lo general las personas no se planifican para ello. Y sí estoy a favor, bajo ciertos contextos, de apalancar el crecimiento de una empresa a través de las deudas.
Sin embargo, si hacemos coincidir el sostenimiento con la planificación, entonces cualquier deuda (consumo o productiva) será buena. Porque al planificarla estamos anticipándonos a cómo se va a saldar el monto adeudado.
Claves para evitar las deudas malas
En ese sentido, quiero compartir contigo algunas claves que puedes implementar en tu gestión financiera personal o de negocios, para evitar asumir deudas malas. Sino que sean conforme a aquello que te aporte valor, no necesariamente de dinero, sino que también se incluya la paz y tranquilidad que necesitas.
Clave No. 1: Planifica tu deuda
La primera clave que debes tomar en cuenta para evitar las deudas malas es, evidentemente, la planificación de tu deuda.
No es prudente ni lógico hacer un cálculo mental rápido de si tienes o no disponible para pagar. Sino que tienes que analizar, de manera fría y consciente si efectivamente tienes la capacidad de asumir esta responsabilidad, que por lo general tiene un mínimo de 6 a 12 meses.
Para esto tienes que ver cómo está tu flujo de efectivo. Es decir, debes ver cuánto ganas y cuánto gastas, para determinar si esa diferencia cubre o no la cuota que vas a pagar mensualmente. Pero no solamente eso, sino que debes, dentro de ese mismo análisis, elaborar cuál es tu comportamiento financiero durante el mes.
Esto significa que tienes que elaborar un calendario financiero o de pagos, en donde visualices cómo fluye tu dinero a través de los diferentes días del mes, y además proyectar la cuota a todo el año. Ya que no es lo mismo pagar una cuota en entre junio y agosto (por el tema del colegio de los niños) que pagarla en noviembre y diciembre (por el tema de las bonificaciones, etc.)
Al llevar esto a la lógica te darás cuenta:
- Si tienes la capacidad real de pagar la cuota (diferencia entre ingresos y egresos)
- Si puedes mantener el pago a través del tiempo (Calendario de pagos y proyección anual)
Y sobre esta base puedes tomar una decisión asertiva sobre la deuda.
Clave No. 2: Enfócate en lo que realmente importa
Luego de planificar tu deuda y ver el comportamiento que tendría en tu flujo de efectivo. Tienes que enfocarte en lo que realmente importa, y esto quiere decir que no debes endeudarte porque sí.
Recibimos un constante bombardeo de publicidad de cosas que “supuestamente” queremos pero que en realidad no necesitamos. Toma en cuenta que los deseos y las aspiraciones son infinitas pero los recursos que tienes son limitados.
Por lo tanto, no puedes solo pensar que quieres un crucero y ya. Tienes que pensar si realmente eso es lo que importa en esta etapa de vida que estás viviendo. Si realmente eso le aporta valor a tu vida, como dije inicialmente, no solo monetariamente, sino en otros aspectos. Y además de eso, recuerda que tienes obligaciones regulares que no puedes relegar.
En ese tenor, mi sugerencia es que para evitar las deudas malas tienes que ver la relevancia que tiene eso con lo que te vas a endeudar y si realmente vale la pena hacerlo.
Clave No. 3: Identifica si puedes evitar la deuda
La clave final que quiero ofrecerte es la que puede ser la más importante de todas, porque es la que realmente te evita tomar deudas malas; y es ver si realmente puedes evitar endeudarte.
Endeudarse es asumir un compromiso financiero que tienes que saldar. Al principio la publicidad es muy bonita y llama mucho la atención, y hasta te convence de tomar el préstamo. Sin embargo, después que lo asumes, todos los colores se desvanecen y empieza el compromiso. Por lo tanto, la pregunta que tienes que hacerte es ¿Realmente tengo que endeudarme para conseguir eso que quiero?
En otras palabras ¿Es imprescindible endeudarse para hacer realidad eso que quieres? La respuesta a esa pregunta es lo mejor que puedes hacer antes de tomar cualquier préstamo, y de la cual dependerá todo el proceso.
Es por esta razón que te invito a que pongas el endeudamiento como última opción, después de ver, otras tantas últimas opciones. Porque si lo puedes evitar es lo mejor.
Pondera el ahorro, la venta de algún bien, tener un mayor ingreso, etc.; busca alternativas que puedas desarrollar y enfócate en ver qué cosas puedes hacer para materializar aquello que deseas sin la necesidad de tomar el dinero prestado y seguro evitarás las deudas malas.
Conclusión
Las deudas malas son parte del común denominador a varias personas que toman préstamos. Porque tienden a asumir deudas en función de las emociones, cálculos mentales, y la ausencia de planificación que van en detrimento de la gestión financiera personal.
Es por ésta razón que puedes considerar estas tres claves para evitar las deudas malas:
- Planificar tu deuda
- Enfocarte en lo que realmente es importante
- Identificar si puedes evitar la deuda.
Si aplicas estas tres claves a tu gestión financiera personal entonces evitarás tomar deudas malas, y te centrarás en tener una administración de tus recursos económicos adecuada.
En se sentido, si esta entrada te ha sido de utilidad, te invito a que comentes y compartas. Puedes hacerlo vía el formulario más abajo, correo electrónico y redes sociales. Tus opiniones y aportes son de gran importancia para esta comunidad y enriquecen el debate.
Y si te interesa profundizar en el tema de las deudas malas, entonces te sugiero adquirir el libro ¡POR FIN LIBRE DE DEUDAS! escrito por Jairo A. Forero E. haciendo clic en la imagen más abajo.
Deja un comentario