FORMACIÓN FINANCIERA ¿VALE LA PENA HACERLA?
Acceder a espacios de formación financiera es una decisión inteligente para quien maneja dinero; como emprendedor, empleado o profesional independiente
Recuerdo vívidamente la primera clase sobre finanzas que tomé en la universidad. La materia era Administración Financiera I, y desde ese momento quedé envuelto y supe que era lo que quería hacer como profesión. Sin embargo, no a todos le pasa como a mí, y se cuestionan sobre si la formación financiera es algo que valga la pena, en ese sentido, en Finanzas & Proyectos te muestro si esto es algo en lo que debes incursionar.
Finanzas es decisiones
Usualmente cuando imparto charlas o cursos sobre finanzas tanto a empresas como a personas, suelo solicitarles lo siguiente: ¿Definan finanzas en una sola palabra? Y por lo general responden de diferentes maneras, refiriéndose en esencia, a los cálculos, las inversiones y el dinero. Y aunque es cierto que tiene que ver con todo eso, no es lo que la define.
Las finanzas en esencia, son decisiones que tomamos con el dinero que manejamos, ya sea nuestro o de la empresa. Cada vez que tienes que elegir entre comprar esto o aquello, estas escogiendo un rumbo para tu dinero o el de la empresa.
Y parte importante de esto está vinculado tanto al consumo como a las inversiones. Ya que son los dos elementos sobre los cuales tenemos poder de decisión, y que representan las movidas estratégicas que permitirán desarrollar o materializar las diferentes actividades que tenemos entre manos.
¿Es realmente necesaria la formación financiera?
La primera pregunta que surge de manera natural, ante la posibilidad de llevar a cabo un proceso de formación financiera es si es realmente necesaria. En otras palabras, si en estos tiempos en donde la tecnología ha avanzado tanto, y prácticamente hay un app para todo, es determinante este tipo de formación.
La respuesta rápida, simple y sencilla es: Sí.
Es cierto que la tecnología ha avanzado y el cálculo de las diferentes variables que inciden en cualquier decisión se desarrollan en cuestión de segundos con este tipo de herramientas; sin embargo, el factor humano, aquel que ve más allá de los números es lo que marca la diferencia, y es por esta razón que se hace necesaria la formación financiera.
De hecho, este tipo de entrenamientos se ha diversificado a tal punto que existen cursos de finanzas para no financieros en donde se les enseña a quienes participan las bases para entender el funcionamiento del sistema contable de cualquier empresa, y en función de eso tomar decisiones asertivas.
¿Vale la pena hacerla?
A todo esto, aunque puedo continuar hablándote de la necesidad de tener una formación financiera adecuada, y que esto ha llegado a masificarse al punto de tener cursos que simplifican la manera en que se interpretan las informaciones financieras, la pregunta del millón es ¿Vale la pena hacerla? Es cierto que es necesaria, pero ¿Tengo yo que hacerla si soy, por ejemplo profesional de la administración de empresas? Y la respuesta, al igual que la pregunta anterior es sí.
¿Por qué? Porque a través de ella tienes la capacidad de tomar un decisión sobre la base de algo cierto y certero. En otras palabras, al evaluar las diferentes variables que inciden en las finanzas de una empresa, entonces tienes los elementos de juicio necesarios para escoger el rumbo más adecuado para el dinero que se está invirtiendo en ella.
De hecho, uno de los elementos que es clave dentro de la administración financiera es la gestión del fraude, que suele pasarse por alto, pero que está ahí y que, si eres emprendedor o bien si estás a cargo de alguna estancia vinculada al manejo del dinero tienes que estar al tanto de la misma. De manera que puedas abordarlo de forma adecuada dentro del contexto de la estructura empresarial.
Conclusión
Acceder a espacios de formación financiera es una decisión inteligente para cualquiera que está relacionado con el manejo del dinero, ya sea como emprendedor, empleado o bien como profesional independiente. Esto incluye a personas con vínculos con el derecho, la administración, contabilidad, etc.
En otras palabras no tienes que ser un mega economista, ni tener un PhD en filosofía para tomar ventaja de esto, todo lo contrario, existen espacios que te brindan la educación necesaria para el buen desempeño en la gestión del dinero al que tienes acceso.
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