DECIR: NO, TAMBIÉN ES UN OPCIÓN
Cuando algo sale de lo que inicialmente se planificó, entonces decir No también es una opción. En función de las repercusiones por falta de planeación.
Principios que norman la decisión de decir No
Lo primero es saber que toda decisión de dinero tiene repercusiones que no solamente afectan la parte económica, sino también la emocional; por lo que, cuando se toman en función de momentos y no sobre la base de una planificación, es probable que no se tenga la capacidad de solventarlas en el futuro. A razón de que aquello que se tenía con un propósito determinado estará “cojo” y habrá que buscar la manera de suplirlo o bien recortar de otras partidas de igual importancia.
Segundo, presentar una negativa ante un evento no planificado no le hace ser tacaño(a) ni egoísta, sino una persona organizada que se maneja en función de prioridades. Con esto no se está invitando a tener una camisa de fuerza a razón de la planificación, sino que se maneje con claridad que cuando se erogan sumas de dinero en cosas fueras del presupuesto se está asumiendo un préstamo a uno mismo, en desmedro de aquello para lo que originalmente se dispuso.
Con esto tampoco se invita a no tender la mano a alguien que necesita de la intervención. Todo lo contrario, si hay una necesidad y usted puede suplirla, entonces hágalo. Brinde la ayuda a quien presente una problemática determinada, siempre y cuando esté dentro de su rango de posibilidad. En otras palabras, no es recomendable sacrificar y poner en riesgo su estabilidad financiera ante una situación ajena a usted.
Por lo que, en caso de verse en un momento en donde alguien necesita de su intervención económica y ella pone en peligro su estabilidad, entonces decir no es una opción.
Otra alternativa, en caso de que entienda que es algo válido y merecedor de su mediación, es ofrecer la ayuda dentro del marco de contingencia. En otras palabras, si le solicitan una cantidad que excede su capacidad entonces ofrézcale un monto menor pero que esté dentro de los parámetros de sus posibilidades.
A todo esto, también se dan los casos en que la persona accede a invitaciones o bien le interesan ofertas que no se corresponden con aquello que se planeó, sino que por presiones sociales, se ceden a ellas. Si este es el caso, decir: No, también es una opción.
Tenga presente que las presiones sociales son momentáneas y pasajeras. Es cierto que formar parte de un grupo determinado puede hacerle sentir bien, como también adquirir algún bien o servicio le produzca satisfacción; sin embargo, usted debe tener presente que los grupos sociales o las ofertas, no son quienes pagan sus cuentas sino usted. Quien tiene que solventar sus compromisos económicos es usted, por lo que a la hora de que se presenten los compromisos es poco probable que ellos estén presentes para asumirlos con usted.
Lo relevante en todo esto es ver la importancia que tiene la planificación en la gestión financiera. Tomando en consideración las implicaciones de la obtención de recursos económicos. Y que, aunque pueda verse como un acto egoísta, decir: No, también es una opción.
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