EMPLEARSE O EMPRENDER
La decisión de emplearse o emprender tiene que venir de la mano de un análisis que pondere las variables que inciden y afectan el flujo de efectivo personal
Emplearse o emprender es una de las disyuntivas a la que por lo general, quien está en edad productiva, pondera. Iniciar un emprendimiento, de manera generalizada y recientemente, ha traído consigo ciertas ideas sobre una serie de ventajas y de crecimiento que, sin duda alguna, al menos una vez ha pasado por la mente de las personas que están trabajando.
Aunque es prudente decir que este tipo de análisis, suele ser ponderado por personas asalariadas, en una proporción mayor que quienes aún no han entrado al mundo laboral.
A todo esto, esta es una decisión transcendental. No es algo que se haga de la noche a la mañana, máxime aquellas personas que han accedido a emplearse, y que han hecho carrera en empresas por periodos de tiempo considerable.
Es por ésta razón que nos interesa abordar la respuesta al dilema que plantea emplearse o emprender. De manera que se tenga una panorámica más acabada, desde la perspectiva financiera, sobre las implicaciones de cada uno de estos senderos y cómo identificar aquel que responder a los intereses y capacidades personales.
¿Qué es mejor emplearse o emprender?
Una de las preguntas que suelen hacerme como consultor financiero es: Entre las opciones de empleo o emprendimiento ¿Cuál es mejor? Y, siendo honesto, responder a este cuestionamiento no es sencillo.
La respuesta rápida es “Depende” y por consiguiente emerge una nueva pregunta de la persona interesada “¿De qué depende?” como ya sé que ese es el segundo cuestionamiento, entonces se da un proceso de explicación de los diferentes factores que inciden como el tipo de perfil, las implicaciones, etc.
No obstante, la respuesta a esta pregunta es compleja. Porque al analizar el contexto y el contenido de la misma, quien pregunta está pidiendo una respuesta excluyente, en la que se descarte o elimine una de las opciones. Y, siendo honestos, es cuesta arriba llevar a cabo el empleo y el emprendimiento.
Sin embargo, al entrar al área de cuál es mejor, entonces se puede caer por defecto en etiquetar, a la opción no elegida, como peor. En ese sentido, no existe una respuesta concreta de cuál es mejor, ya que emplearse presenta ventajas y beneficios que no provee el emprendimiento, y viceversa.
Por lo tanto, en este contexto, definir cuál es mejor o peor no es una movida prudente. Ya que cada una de las opciones presentan tanto oportunidades como retos a los cuales, la persona, o grupo de ellas tiene que enfrentar, además de que, implícitamente, están estrechamente vinculadas. Ya que una empresa sin empleados no es empresa; sino una profesión o un grupo multidisciplinario de profesionales contratados.
¿Emplearse o emprender desde la perspectiva financiera?
Luego de ver que tanto emplearse como emprender presentan oportunidades y retos; una de las herramientas que puede dar luz en torno a qué decisión tomar son las finanzas. Porque, al final del día, ambas opciones buscan la producción y generación de riqueza.
En ese sentido, hacer carrera como empleado(a) implica ciertos niveles de estabilidad y seguridad relativa, en cuanto al flujo de efectivo y la variabilidad constante, algo propio de los emprendimientos.
En el empleo la persona tiene acceso a un ingreso fijo, y una serie de beneficios marginales que conforman todo el paquete de compensatorio de una empresa, como seguro médico, dental, de vida, comisiones, incentivos, etc. Todo esto a cambio de horas laborales que de manera estándar sería entre 160 y 180 horas al mes.
Mientras que el emprendimiento es todo un paquete de retos y satisfacciones vinculadas a una idea de negocios. Es importante resaltar emprender implica un sacrificio y entrega enorme. Ya que materializar ese concepto comercial es algo que requiere de mucho tesón y enfoque. Requiriendo tiempos mayores a los de un empleo. De hecho, los/las emprendedores(as) por lo general tienen una actitud hacia el trabajo 24/7 y suelen estar siempre buscando una nueva manera de hacer “negocios”.
Tomando lo anterior en consideración. Queremos ofrecer una comparativa financiera de cómo se vislumbra una serie de aspectos en común de ambas opciones y que pueden ser definitorios a la hora de escoger uno de los dos caminos.
Es importante resaltar que estas variables, aunque están cuantificadas, responden a realidades individuales y no necesariamente aplican a todas las personas. Esta tabla es solo un parámetro de lo que por lo general sucede en ambos ámbitos de producción. Lo que sí revela es el comportamiento que se espera del flujo de efectivo, tanto para empleados(as) como emprendedores(as).
Conclusión
La decisión de emplearse o emprender tiene que venir de la mano de un análisis en donde se ponderen las diferentes variables que inciden y afectan el flujo de efectivo personal. No obstante, tanto una opción como la otra representan ventajas y beneficios que la persona puede percibir y en ambos casos se puede crecer. Teniendo como diferencia el nivel de riesgo y el esfuerzo que se asume en cada uno.
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