¿CÓMO HACER UNA INVERSIÓN A LARGO PLAZO?
La inversión a largo plazo implica tres factores básicos: Recuperación, liquidez y riesgo, estos viabilizan la toma de decisión de este tipo de inversión.
Los tres elementos básicos de una inversión son: Rentabilidad, riesgo y tiempo. La conjugación óptima de ellos determinará parte importante del éxito de una capitalización. Sin embargo no todas son iguales, ya que en términos de tiempo se pueden hacer de tres tipos: inversiones a largo plazo, inversiones a mediano plazo e inversiones a corto plazo.
En ese sentido, queremos abordar el tema ¿Cómo hacer inversiones a largo plazo? Con el fin de proveer de las herramientas necesarias para llevar a cabo este tipo de capitalizaciones.
¿Qué es una inversión?
Una inversión, en el sentido económico, es una colocación de capital para obtener una ganancia futura. Esta colocación supone una elección que resigna un beneficio inmediato por uno futuro y, por lo general, improbable.[1]
En esta definición de inversión, hay tres elementos de relevancia: 1- Colocación de capital 2- La expectativa de una ganancia 3- el factor tiempo. Este último conjuga la acción de obtener un beneficio ahora, por uno mejor en el futuro, lo cual es determinante a la hora de tomar acciones relativas a capitalizar algún proyecto. Ya que éste define cómo deben hacerse las ejecutorias de los rendimientos y si estos satisfacen la expectativa de retorno en inversión.
¿Cómo hacer inversiones a largo plazo?
El tiempo que comúnmente se ha asumido para definir cada uno de los tres plazos es:
- Corto: Menos de un año
- Mediano: Entre 1 y 4 años
- Largo: 5 años o más
En ese sentido, las inversiones a largo plazo tienen cierta envergadura. Aunque ninguna decisión de inversión debe tomarse a la ligera; aquellas con plazos extendidos (largo plazo), implican un mayor rigor al momento de efectuarse ya que se está apostando a que el retorno y los beneficios de la inversión cumplan su cometido luego de pasar, mínimo, 5 años.
De manera que llevar a cabo este tipo de ejecutorias implica un proceso en el cual la persona o grupo de ellas, analiza tres factores básicos: recuperación, liquidez y el riesgo. Ya que de ellas dependen la sostenibilidad de una inversión a largo plazo. Es decir, en la medida en que se tenga definida la forma en que se va a recuperar la inversión, el impacto que tienen la liquidez y el riesgo asociado. Entonces, puede tener un mejor desempeño en este tipo de capitalización.
Llevando a cabo una inversión a largo plazo
Las dinámicas de inversión se manejan en función de estrategias. En la medida en que estas se desarrollen con efectividad habrá un mejor resultado. Por lo que el principal elemento a la hora de hacer este tipo de acciones de capitalización es saber cómo combinar diferentes instrumentos a través de un portafolio de inversión. En otras palabras no tener todos los huevos en una sola canasta. Para ello se hace necesario tomar en cuenta cuáles son los objetivos financieros que se tengan. En ese sentido, es común que quienes hagan inversiones a largo plazo busquen, más que el sostenimiento actual, su objetivo es el de engrosar las arcas. De manera que este tipo de ejecutorias sean proclives a garantizar estadios de bienestar futuros.
Es aquí cuando entra en escena el trípode de recuperación, liquidez y riesgo. Porque clarifica el tipo de gestión financiera que procure sostenibilidad de quien decide hacer una inversión a largo plazo. Ya que la recuperación trata de cuál es el flujo de retorno en inversión. Es decir, los períodos en los cuales se reciben los montos o cuotas de dicha inversión.
Por ejemplo: Si una persona hace una inversión a largo plazo en la bolsa de valores con un instrumento de renta fija; éste tendrá períodos en los que los cupones son redimidos. Esto significa que el análisis girará en torno a si dichos períodos son de satisfacción para quien invierte y la manera en que impactan al desempeño financiero persona.
Este análisis dará paso al segundo elemento del trípode: la liquidez.
Cuando se habla de liquidez se está refiriendo al nivel de efectivo disponible. En ese sentido, el análisis debe proveer respuesta a cómo incide hacer esta inversión a largo plazo en la manera en que se desarrolla el flujo de efectivo. En otras palabras, sobre la base de que este proyecto tomará un tiempo de relevancia en recuperar el capital invertido y en generar beneficios ¿Qué efecto tiene en el desarrollo de las actividades comunes de una persona? ¿Incide de manera positiva o negativa?
Por último está el riesgo. Que es posibilidad de que un evento sea adverso. El cual mide el rango de tolerancia que exista en caso de que la inversión a largo plazo no rinda lo esperado. Por lo que a la hora de ejecutar cualquier tipo de capitalización, es necesario que se tenga una panorámica clara de qué pasaría si el resultado no coincide con lo esperado.
Estas y otras preguntas son las que hay que ir elaborando a la hora de hacer inversiones a largo plazo. Las cuales deben ser respondidas sobre la base de datos cuánticos y análisis de variables que permitan tener un espectro más amplio y acabado de los elementos que inciden en la toma de decisión para llevar a cabo las inversiones a largo plazo.
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