TARJETA DE DÉBITO : REEMPLAZO DEL EFECTIVO
La tarjeta de débito es una alternativa para reencausar el estilo de consumo. Implica la racionalidad en función de la disponibilidad y no del crédito.
El comercio del dinero busca satisfacer alternativas que sirvan para un mejor desenvolvimiento financiero. Existen tanto productos como perfiles de consumo. Desde una cuenta básica de ahorros hasta una tarjeta de crédito con montos, hasta cierto punto, ilimitados de crédito. Dentro de ellos se encuentra la tarjeta de débito. Que se presenta como una opción viable dentro de la gestión financiera personal.
Tarjeta de débito y su funcionamiento
Esencialmente la tarjeta de débito es un plástico que permite conectar una cuenta de ahorro o corriente para hacer transacciones comerciales de pago o bien para hacer avances de efectivo a través de la red de cajeros automáticos de la institución financiera que la emite. En otras palabras, una tarjeta de débito hace accesible los fondos de dinero disponibles en una cuenta, sin tener la necesidad de dirigirse a una ventanilla y retirarlo.
Este tipo de instrumento mantiene cierto tipo de similitud con la tarjeta de crédito por la forma en que se ejecutan las transacciones comerciales, sin embargo, son diferentes. La tarjeta de crédito utiliza recursos en función de deudas mientras que la tarjeta de débito accede a recursos propios para lograr el cometido.
En ese sentido, una de las ventajas principales que provee la tarjeta de débito es que permite reemplazar el efectivo. Es posible andar con un monto de recursos considerablemente altos al en un plástico con una banda magnética de 8.5 × 5.3 cm.
Por otro lado la tarjeta de débito evita tener que acceder a deudas para financiar transacciones de consumo, porque lo que se está utilizando son los recursos propios. Este tipo de acciones moldean la conducta de consumo hacia una de control. En donde, si se logran establecer las contingencias adecuadas, entonces el uso de la tarjeta de crédito sería mínimo o bien para asuntos puntuales en los cuales se tiene el control de cómo solventarlos más adelante.
Aplicabilidad de la tarjeta de débito
La tarjeta de débito representa una alternativa idónea para reencausar el estilo de consumo de una persona. A razón de que implica la racionalidad de los recursos en función de la disponibilidad y no sobre la base del crédito. En otras palabras, la tarjeta de débito sugiere que exista una planificación previa, por lo tanto, subyace la acción del presupuesto; y si este último existe, entonces se deriva en el control de los gastos.
Por último, la tarjeta de débito representa seguridad. Al día de hoy, en el 2014 se han producido un promedio por día de 5,366.14[1] robos con violencia en el mundo. Esto, tomando en consideración los países que sí llevan registros estadísticos. Por lo que el resultado real es mayor.
De manera que tener acceso a una tarjeta de débito es una buena decisión a razón de lo que representa en beneficios a la persona que la posee. Cuando se usa sobre la base de la creación de contingencias que parten de una planificación previa de cómo se van ejecutar los recursos disponibles. Esto sin contar con las diferentes promociones que pueden ofrecer las distintas marcas por el uso de ellas.
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