¿CÓMO PRESTAR DINERO A AMIGOS O FAMILIARES Y QUE TODO SIGA IGUAL?
Prestar dinero a un amigo o familiar no es algo agradable para todos. Es un tema delicado, pero si tienes familia o amigos, es probable que se presente esta situación.
Una de las encrucijadas más difíciles para cualquier persona es prestarle a alguien cercano. Es sabido que el dinero ha sido causa de divisiones familiares y de amistad; y una de las preguntas que pueden surgir es cómo prestar dinero a esas personas con las cuales tenemos vínculos relevantes en nuestras vidas. En la entrada de hoy de Finanzas & Proyectos quiero contestar esta pregunta para que, en caso de que te esté pasando puedas salir a flote y que todo, dentro del marco de lo posible, siga igual.
El dilema de prestar dinero a amigos y familiares
La realidad es que la respuesta a cómo prestar dinero a amigos y familiares no es sencilla. Es un tema sumamente delicado dado las repercusiones propias de este tipo de transacción. Y es posible que ya hayas pasado por esto, estés pasando o eventualmente pases. Ya que hasta ahora, no conozco a alguien a quien un familiar o amigo no le haya solicitado algún tipo de financiamiento por alguna situación apremiante.
Y lo primero que tenemos que ver es que, aunque hay personas cercanas que no se manejan bien con su dinero, y están en una situación en donde prestarle dinero es hacerle más daño que bien, no es menos cierto que hay otras que sí realmente lo necesitan. Aquellas a quienes por las circunstancias de la vida, necesitan de la asistencia financiera. Y estas son las personas que crean el dilema. Porque estás viendo su necesidad, el vínculo que tienen, tus posibilidades financieras y el riesgo relacionado a este tipo de transacciones.
Pero de estos cuatro elementos (necesidad, vinculo, posibilidades financieras y riesgo) el que tiene un mayor peso es el riesgo. Ya que cuando el factor dinero entra en escena, es prácticamente imposible desvincularlo de los intereses. Es decir, al final del día tu quieres, tener tu dinero de vuelta; no lo quieres perder. Por lo tanto, a la hora de llevar a cabo esta acción el primer impedimento se relaciona al dinero, y el segundo al vínculo. Porque se crea una obligación tanto de parte de tu amigo o familiar, como tuya; ya que tienes que asegurarte que ese monto este de nuevo en tu poder.
¿Cómo prestar dinero a amigos o familiares?
Partiendo de la realidad de que es literalmente un dilema serio prestar dinero a amigos o familiares, por aquello de los intereses y el vinculo que te une a ellos, la pregunta que surge es ¿Cómo hacerlo? o ¿Qué se debe tomar en cuenta? o ¿Debería hacerlo o no? estas y otras tantas interrogantes son las que te puedes formular y que seguro debes hacerlo, porque cualquier decisión que tomes (afirmativa o negativa) tendrá repercusiones. Por lo tanto quiero ofrecerte algunas pautas a tomar en cuenta para que lleves a cabo un proceso que te favorezca tanto a ti como a la relación que tienes con esa persona.
No. 1: Busca alternativas
Lo primero que tienes que hacer cuando una persona conocida o familiar te aborda con un tema de un préstamo es presentarle alternativas distintas al financiamiento. En otras palabras, de qué otra manera lo puedes ayudar. Es posible que el problema de dinero que tiene se puede resolver con un empleo que pague mejor y tú tienes algún tipo de conexión con alguien que le puede asistir. O quizás es vez de darle dinero, puedes resolver con algunos cupones o puntos canjeables de tu tarjeta de crédito, etc.
El punto es tratar las diferentes opciones disponible antes de entrar en el tema del préstamo. Recuerda que luego que das el paso ya no hay vuelta atrás, tu relación con esa persona cambia y pasa a un nivel de deuda; teniendo repercusiones de reclamo de dinero, puntualidad, etc.
Por lo tanto, te sugiero, encarecidamente, que busques esas alternativas que bien pudieran resolver la situación sin tener que entrar en una relación comercial con un amigo o familiar. Ya que así te evitas por completo la relación comercial con esa persona que estimas y aprecias.
No. 2: Solo presta aquello que estés dispuesto a perder
En segundo lugar, como existe un riesgo lógico a este tipo de transacciones, si te decides a llevarla a cabo teniendo disponible la suma que te solicitan, entonces asume una postura de potencial pérdida de este dinero. Es decir, presta la cantidad de dinero que no afecte tu flujo de efectivo.
Si no eres un prestamista, entonces no puedes darte el lujo de manejar los niveles de riesgo que este tipo de profesión ofrece. Por lo tanto, la sugerencia es que el dinero que prestes no te haga falta, y que perderlo no represente mayores complicaciones para tu gestión financiera personal; sino que, aunque te afecta de manera global, no necesariamente desestabilice tu operatividad financiera.
No. 3: Todo por escrito
Luego de identificar posible alternativas y plantearte perdiendo ese dinero; entramos a la negociación como tal. En donde se ponen los puntos sobre las íes, las comas y los acentos. No hagas esto solo de palabras, escríbelo; por dos razones básicas:
- Se establecen expectativas
- Se definen responsabilidades
Si todo está escrito, cada uno sabe lo que le corresponde sin la necesidad de alegar ignorancia. Por ejemplo, si pautan que la fecha de pago es el 9 de cada mes, no puedes salirle a esa persona que te pague el 7 porque estas corto de dinero y lo necesitas, porque te estás saliendo del acuerdo. De igual forma, si contemplaron pagos extraordinarios, entonces esa persona debe hacerlos a tiempo, etc.
Cuando lo haces todo por escrito creas un árbitro entre ustedes que pone las reglas de juego, evitándote las opiniones personales y el «yo pensaba» o «yo creía». Todo se reduce a lo que dice el acuerdo. Y al mismo tiempo debes llevar registro de todas las transacciones, proveyéndole a esa persona de un recibo cada vez que te hace un pago al préstamo; así todo está claro y transparente para todos.
No. 4: Crea una tabla de amortización
Aunque parezca algo sofisticado, es mejor que crees una tabla de amortización, en donde esa persona descuenta tanto interés como capital del total del préstamo en cada cuota saldada. Uno de los principales errores que se comenten en los empréstitos de este tipo es que diferencian los intereses del capital; es decir, la persona te paga los intereses y el capital de manera separadas bajo la condición de que el capital se paga completo o en partes grandes. Y quien debe, usualmente, se centra en los intereses sin pagar el capital; y la razón de esto es que no tienen suficiente para pagar todo el capital al mismo tiempo.
Esta realidad genera una situación de inestabilidad de parte de quien toma el préstamo, ya que la lógica sugiere que quien te pide dinero prestado es porque no tiene; ergo, no es que de repente, con una varita mágica, va a tenerlo. Por lo tanto, aunque no ves todo tu dinero de un solo golpe, sí puedes recibirlo completo durante un tiempo determinado, que es lo más importante. Si lo haces igual a los prestamistas, entonces tu riesgo es mayor; ya que la persona puede no estar en la capacidad de pagarte el dinero y te quedes, como dicen en mi país «sin pito(silbato) y sin flauta».
Para elaborarla, te puedes auxiliar de las diferentes hojas electrónicas que existen; o bien puedes acceder al tío google y solicitar una tabla de amortización, la puedes descargar y llevar
No. 5: Mantén la comunicación abierta
Por último mantén una línea de comunicación abierta con esa persona. Recuerda que, por encima de todas las cosas, ustedes tienen un vínculo que debería ir más allá de la relación comercial que están iniciando. Por lo tanto, estás hablando con tu amigo(a) o con tu familiar.
Al mantener una comunicación abierta das paso al entendimiento de las partes. A que si se presenta una situación en la que tienes que flexibilizar un poco los términos lo sepas de antemano y que se reajuste el acuerdo. Esto no es sinónimo de debilidad, sino de asistencia y ayuda a alguien a quien le tienes la confianza suficiente para prestarle tu dinero.
Además de que si mantienes este tipo de comunicación, entonces lo más importante: la relación, perdura. Teniendo como resultado que todo, siga igual.
Conclusión
Prestar dinero a un amigo o familiar no es algo que sea del agrado de todos. Es un tema delicado, pero, para ser honestos, si tienes familia o amigos, es muy probable que se te presente esta situación. Esto crea un dilema que debes sortear; que se reduce a una pregunta: ¿Presto o no presto? y en función de la respuestas que tengas, luego de analizar si puedes o debes hacerlo, entonces esta decisión cambiar la relación que tengas con esa persona. Si dices que no, entonces debes saber que no es que te va hacer un cumpleaños cada vez que te vea; y si dices que sí, puede que te haga una fiesta, pero sin duda las cosas serán diferentes.
Es por esto que debes tener en cuenta las siguiente pautas:
- Busca alternativas al préstamo.
- Presta aquello que estés dispuesto a perder.
- Deja todo por escrito.
- Crea una tabla de amortización.
- Mantén una comunicación abierta.
Estas cinco pautas te servirán para manejar esta situación, de la mejor manera posible. Recuerda que al entrar en este tipo de transacciones incurren en riesgos mayores a razón del vínculo. Sin embargo, no tiene porqué ser algo traumático, si ambas partes se mantienen dentro del contexto de la negociación que se está llevando a cabo.
En ese sentido, es probable que conozcas a alguien que quiera ver esta entrada ya que tema de prestar dinero a amigos o familiares nos toca a todos. Por lo que te sugiero que la compartas y comentes. Puedes hacerlo a través del formulario, o de tus redes sociales y correo electrónico. Y si te interesa profundizar en el tema aquí te dejo un libro relacionado al negocio del prestamista, Mi Negocio de Préstamos escrito por Antonio Espinoza haciendo clic en la imagen más abajo.
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