ENTENDIENDO LAS TARJETAS DE CREDITO (PARTE III)
La información de gestión las tarjetas de crédito es recopilada por empresas que las procesan para luego, a través de algoritmos, emitir el score crediticio
Las tarjetas de crédito permiten al tarjetahabiente acceder a un préstamo de consumo a corto plazo. Dicha obligación posee la carga más costosa dentro del mercado financiero formal, a razón del riesgo que asume la entidad emisora. Por tal motivo, el uso de este instrumento debe estar sujeto a la prudencia y buena estrategia del usuario.
Sin embargo, este manejo tiene repercusiones que no solo se limitan al costo del préstamo (mora e intereses), sino a lo que pudiéramos llamar «crédito público»; que es la forma en que se mide el desempeño financiero personal. Para esto se han creado los Buró de crédito.
Son instituciones que colectan la información crediticia de personas y empresas, procesándolas a través de sistemas inteligentes que cuantifican el nivel de riesgo a la hora cumplir con las obligaciones. Es decir, la probabilidad que tiene una persona o empresa de saldar sus compromisos. Se divide en dos partes, la primera: El score y la segunda: El historial crediticio.
El score registra un número entre 150 y 950 que determina la calificación individual. En este segmento lo importante es tener la puntuación mas alta posible, significando un mayor nivel de cumplimento, por ende, menor riesgo para la institución. Mientras que el historial crediticio lista el comportamiento de pago, en función de los servicios que haya contratado y las obligaciones financieras.
La importancia de esto es que todas las informaciones relacionadas con el manejo de la tarjeta quedan registradas y están disponibles para su análisis, idealmente bajo consentimiento y autorización de la persona o empresa; sin embargo, como no existen controles para eso, es una información que es accesible a quien paga por el servicio.
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